Esta pudiera ser la última columna que escribo con absoluta libertad y sin temores de represalias, como lo he venido haciendo los últimos 12 años y medio. De ganar el FMLN, observando las actuaciones del candidato Funes —quien demuestra un alto grado de intolerancia y ninguna disposición a aceptar la crítica— a mí, como a la mayoría de columnistas y generadores de opinión, nos invade el temor de que esta bella época de libertad de expresión irrestricta se termine.
Me pregunto cómo reaccionaría el señor Funes siendo presidente a una columna en que lo critiqué abiertamente. ¿Lo tomaría serenamente, respetando la opinión del ciudadano, evaluando si hay algo válido en ella, o se enfadará?, como se le observa constantemente ante preguntas de la prensa. Y si el presidente se enfada, ¿puedo esperar represalias?
Es de reconocer que el presidente actual ha respetado la libertad de expresión irrestrictamente. A las críticas más directas y duras que le he hecho desde la columna semanal que escribo, o desde entrevistas de TV o radiales, nunca recibí una mala señal, más bien, algunas veces recibí llamadas telefónicas de él para conversar sobre el tema y alentándome a seguir expresado mis ideas.
Con ocasión de uno de los temas más delicados —las primarias que dividieron a la derecha— escribí cosas que molestaron a gente de su grupo cercano. Casualmente coincidimos en un evento público, tuvimos oportunidad de conversar con él, y como siempre me animó a seguir expresando mis ideas. Presidente, le dije, entiendo que usted se molestó mucho con una columna que escribí... “No —me dijo—, se enojaron algunos de mis colaboradores, yo le agradeceré que siga escribiendo con libertad y diga lo que ve desde fuera. Con frecuencia la gente a mi alrededor me dice solo lo que creen que yo quiero oír, me es de mucha utilidad, sígalo haciendo.” ¿Tendríamos ese espíritu con el señor Funes?
Otro tema que preocupa mucho es el discurso anticipado de fraude que hace el candidato y los principales dirigentes del FMLN, haciendo acusaciones anticipadas sobre publicidad, medios cargados a la derecha, llegada de extranjeros y fábrica de DUI. Hay un magistrado del FMLN en el Tribunal Supremo Electoral.
La preocupación es que esos señalamientos presagian violencia. “Si gano el proceso es limpio, si pierdo es que hubo fraude.” Eso no se vale.
Ese es el comportamiento de las izquierdas latinoamericanas: López Obrador en México, Otón Solís en Costa Rica, en que ganó Arias por 16,000 votos, y hasta que contaron manualmente todos los votos la sociedad costarricense, menos violenta, soportó. Antes fue en Bolivia.
¿Se prepara una violencia electoral en caso de perder el Frente? Eso no abona a la democracia y a la gobernabilidad. Quisiéramos creer que eso no es cierto, que el discurso derrotista y amenazante de Funes sea únicamente un estado de ánimo y no un acto preparado para desatar violencia y deslegitimar la elección si pierden. Todas las señales indican que si ARENA pierde, no intenta desligitimar la elección y provocar violencia.